El Arte de Congo
Es
muy interesante observar los dibujos de Congo sin saber quién los
realizó y tener una opinión al respecto. Tratar de analizar qué
sentimientos te pueden provocar y hasta tal vez atrevernos a decir si
es arte o no es arte. Para después, sabiendo quién los realizó, hacer el
mismo ejercicio y ver cómo puede cambiar nuestra opinión, o incluso
sorprendernos. Muchas veces en cuestión de arte nos dejamos llevar más
por el hecho de quién realizó la obra y no por la obra en sí, juzgando y
no disfrutando lo que nos provoca.
En el caso de las pinturas de Congo es lógico que el hecho de saber quién las realizó influya en nuestro juicio y cambie nuestra opinión, suponemos que mejorándola o para algunas personas tal vez disminuyendo su valor, pero creemos que la mayoría sabrá apreciar la magia de sus cuadros y de esta investigación realizada hace algunos años.
En Vagabunda pensamos que es fabuloso observar estas pinturas y llenarnos de la vida y el color que Congo transmitió.
En 1956 el zoólogo inglés Desmond Morris, realizó esta investigación en la que decidió enseñar a dibujar a un chimpance de dos años de edad llamado Congo. Ya habían realizado estudios al respecto con otros chimpancés, pero él realizó el estudio sin darle refuerzos o estímulos, queriendo encontrar si podía haber un interés y una intención del chimpancé, solo por el simple hecho de pintar.
Los resultados fueron muy interesantes ya que a lo largo de la investigación Congo aprendió a utilizar la brocha, a pintar sobre el papel, y a dejar de pintar cuando él consideraba terminada su obra. No le gustaba que lo interrumpieran cuando pintaba y también se observó que había continuidad en sus dibujos, ya que cuando se le quitaba el papel con un dibujo empezado reanudaba el objetivo que tenía en un principio.
Podría decirse que Congo en verdad disfrutaba de su arte y tal vez hasta quería expresar algo al pintar, encontrando un placer en ello.
De los 2 a los 4 años, Congo realizó varias pinturas. Picasso llegó a tener una pintura de Congo colgada en su casa en los años sesenta y defendió a Desmond Morris, cuando éste hizo una exposición en 1957 con pinturas realizadas por chimpancés. El científico reunió los resultados de la investigación en su ensayo “La biología del arte”.
Después de varios años, en el 2005 tres de los cuadros de Congo fueron vendidos por 26,000 dolares en una subasta en Londres. En esa misma subasta había pinturas de Renoir y Warhol.
En sus pinturas, Congo pudo expresarse a través de una actividad artística considerada humana, logrando pinturas igual de valiosas que las de muchos pintores famosos de su época. Qué interesante observar cómo los animales pueden llegar a disfrutar actividades que creemos que sólo son para nosotros. Y el hecho de que no se expresen como nosotros no quiere decir que no sientan o tengan su propia interpretación del mundo que los rodea y tengan una reacción ante esto.
Sólo son distintos lenguajes....
En el caso de las pinturas de Congo es lógico que el hecho de saber quién las realizó influya en nuestro juicio y cambie nuestra opinión, suponemos que mejorándola o para algunas personas tal vez disminuyendo su valor, pero creemos que la mayoría sabrá apreciar la magia de sus cuadros y de esta investigación realizada hace algunos años.
En Vagabunda pensamos que es fabuloso observar estas pinturas y llenarnos de la vida y el color que Congo transmitió.
En 1956 el zoólogo inglés Desmond Morris, realizó esta investigación en la que decidió enseñar a dibujar a un chimpance de dos años de edad llamado Congo. Ya habían realizado estudios al respecto con otros chimpancés, pero él realizó el estudio sin darle refuerzos o estímulos, queriendo encontrar si podía haber un interés y una intención del chimpancé, solo por el simple hecho de pintar.
Los resultados fueron muy interesantes ya que a lo largo de la investigación Congo aprendió a utilizar la brocha, a pintar sobre el papel, y a dejar de pintar cuando él consideraba terminada su obra. No le gustaba que lo interrumpieran cuando pintaba y también se observó que había continuidad en sus dibujos, ya que cuando se le quitaba el papel con un dibujo empezado reanudaba el objetivo que tenía en un principio.
Podría decirse que Congo en verdad disfrutaba de su arte y tal vez hasta quería expresar algo al pintar, encontrando un placer en ello.
De los 2 a los 4 años, Congo realizó varias pinturas. Picasso llegó a tener una pintura de Congo colgada en su casa en los años sesenta y defendió a Desmond Morris, cuando éste hizo una exposición en 1957 con pinturas realizadas por chimpancés. El científico reunió los resultados de la investigación en su ensayo “La biología del arte”.
Después de varios años, en el 2005 tres de los cuadros de Congo fueron vendidos por 26,000 dolares en una subasta en Londres. En esa misma subasta había pinturas de Renoir y Warhol.
En sus pinturas, Congo pudo expresarse a través de una actividad artística considerada humana, logrando pinturas igual de valiosas que las de muchos pintores famosos de su época. Qué interesante observar cómo los animales pueden llegar a disfrutar actividades que creemos que sólo son para nosotros. Y el hecho de que no se expresen como nosotros no quiere decir que no sientan o tengan su propia interpretación del mundo que los rodea y tengan una reacción ante esto.
Sólo son distintos lenguajes....
Via: vagabundaurbandogs
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