Estuvimos con Bernardo Kushala Camarena en su centro de yoga
Purnoham y nos platicó de su nuevo proyecto
Zikhara,
Escuela de la Cúspide,
un centro destinado a la evolución del espíritu, en cómo sanarnos a
nosotros mismos y en la comprensión de la conciencia humana.
Bernardo lleva largos años profundizando en el estudio del yoga y en
la forma en la que una buena práctica repercute en la totalidad de
nuestra vida, también lleva mucho tiempo investigando y estudiando el
campo energético y sobretodo en cómo sanarlo…
Les compartimos lo que platicamos con él…
Vagabunda: Qué nos puedes decir hoy después de tus años de recorrer este camino espiritual?
Bernardo: Es fascinante el descubrirse, justamente cada vez
vamos descubriendo nuevas y cambiantes partes de nosotros mismos, para
mí el proceso de vivir es justamente el camino a descubrir esta parte
sagrada de quienes somos y tal vez de una forma más poética hablar de
cómo somos Dioses y Diosas dormidos. Un ser humano posee el poder del
espíritu, pero a nivel del alma somos el gran espíritu. Los grandes
maestros que han pisado la tierra siempre han tenido la valentía de
explorar el camino del espíritu y darnos ese mensaje a través de una
profunda humildad.
Cuando decides explorar este camino evolutivo que tiene que ver con
prácticas, transformación de energía, expansión en tu conciencia,
meditación…, empiezas a darte cuenta de que sí existe esa dimensión y
esa misma dimensión busca un haber en nosotros, busca la expansión en
nosotros y se deleita cuando nosotros nos deleitamos en esa
transformación a través de ese camino.
Dios se descubre a sí mismo andando en nuestra vida humana, vivimos
en una respuesta ancestral, en una gran danza en la que nos perdemos y
nos volvemos a encontrar.
Yo a lo largo de mi vida he ido escuchando esas voces y ahora como
maestro puedo escuchar como esas voces existen en otros, en cada proceso
hay una voz que pide traer la integración del alma a la vida física,
nuestra tarea es esa, traer esa energía última de lo que somos.
Yo a veces me descubro por supuesto como cualquier otra persona pero
también puedo observar que hay una diferencia en este haber y es donde
está la magia y por supuesto en mi caso un sentido de responsabilidad
mayor. Nunca busqué ser un maestro, simplemente me apasionaba estudiar y
descubrir sobre el espíritu.
Vagabunda: ¿Qué detonó en tu vida seguir este camino?
Bernardo: El sufrimiento, el enojo, toda una serie de gamas
emocionales en mi niñez en la que reconocía la gran falta de honestidad
en el mundo, cosas que nos están sucediendo, cosas íntimas y reales que
tendemos a hacerlas a un lado y no hablar de ellas. Para mí justamente
de esas cosas se trataba la importancia en la vida.
Y no fue hasta ese momento que empecé a estudiar yoga, estudiar a
grandes maestros como a G. I. Gurdjieff, a los grandes maestros
hindúes, a Hare Krishna y a otros más que fue cuando dije; “esto es
verdad, esto es lo que es real”… y no tiene nada que ver con la ficción
que yo veía que había en el mundo en general. A los 17 años esto suele
ser también un poco deprimente porque es vivir con esa verdad pero
sentir al mismo tiempo también que nadie de tu grupo resuena contigo y
te hace sentir que hay un conflicto raro en ti, pero ahora lo veo todo
al revés…
Todo esto me llevó a conocer a mi primera maestra espiritual quien en
su energía y en su haber veía a un ser humano pleno y feliz, un ser
sensato que magnetizaba a su paso y su enfoque de vida era su enfoque
hacia otros, fue un enamoramiento radical y absoluto, así llegué al
monasterio en el que pasé unos años y finalmente sentí que había
encontrado a mi “tribu”, el estar ahí era como validar todo lo que había
sentido como extraño en mi niñez y en mi aún adolescencia… El
monasterio era un lugar muy especial en la naturaleza, una universidad
de estudio espiritual en la que me descubrí a mí mismo creando algo que
anhelaba como una confrontación y que tenía que ver con el poder del
pensamiento y el poder del corazón. Toda la serie de enseñanzas que ahí
aprendí estaban enfocadas en cómo liberar emociones perturbadas, fue una
gran guía y después de esos 3 años en el monasterio seguí estudiando
sanación energética, las grandes iniciaciones tibetanas y la sabiduría
que el Dalai Lama estaba abriendo al mundo. Así que empezó una gran
ebullición en mí y esto me llevó a conocer a grandes maestros y tuve que
pasar por un gran entrenamiento para poder decir ahora que ésta es mi
voz y no solo la voz de una tradición en particular o de alguien en
especial, sino una voz propia con todos esos elementos encajados.
No todos pueden sostener esa llama energética, tiene que haber
profunda sinceridad y una genuina humildad de que te es dado algo
sagrado como el privilegio de asistir a otros en su gran despertar, por
ejemplo el enseñar yoga es parte de ese privilegio, guiar a otros en el
camino para encontrar su propia paz interior. Ser maestro de yoga es una
cuestión de honor, es siempre tratar a la persona como al sabio o a la
sabia que lleva dentro.
Vagabunda: Tú y algunos otros fueron los pioneros en abrir un centro de yoga en México, cómo fue esa parte?
Bernardo: Era lo que más anhelábamos y al mismo tiempo era
todo un experimento porque no sabíamos el resultado que iba a tener pero
a la vez era lo único que nos hacía sentido, así que se abrió esta
profesión que seguimos definiendo y enalteciendo. ¡Ser maestro de yoga
en México en algunos casos es como ser una de esas personas a las que
como no les funcionó todo lo demás ahora dan clases de yoga, y no es
posible, no debe de ser así! Para ser maestro de yoga se necesita toda
la convicción y fuerza interior, es una cuestión de honor y de absoluto
compromiso, además de llevar una importante función en la sociedad.
Vagabunda: ¿Cómo consecuencia a este camino vino la sanación energética?
Bernardo: Así es y con resultados tan tangibles y abrumadores
que era imposible debatirlos. Ya no podemos seguir en los viejos
paradigmas, requerimos total valor y sinceridad, es sorprendente qué
poco tiempo le dedicamos a nuestro espíritu cuando justamente nuestro
espíritu es el sustento de todo bien en nosotros, el sustento de nuestra
alegría, de nuestra sanación en muchos aspectos, yo considero que en la
meditación lo está todo…
Vagabunda: Platícanos de tu proyecto “Zikhara, escuela de la Cúspide”
Bernardo: Zikhara es una escuela que enseña el
recorrido entre dos mundos, el cómo interactuar con tu dimensión física y
tu dimensión espiritual para crear un enlace en tí mismo, visión y
propósito , sanación, iluminación y unificación.
Siempre hay un camino ante los conflictos, confrontando el camino de
la persona que crees que eres en el nivel de la experiencia.
Zikhara tiene un formato de retiro que nos ha llevado a
diversos lugares en los que vemos una serie de iniciaciones, estrategias
y métodos de sanación práctica, el entrenamiento busca que tú puedas
adquirir maestría de tu propia energía para lograr una mayor
armonización, el entrenamiento también te ayuda a llevar a cabo tus
anhelos y deseos en un mayor equilibrio. Todo lo que existe es energía
que está en proceso de cambio, en
Zikhara enseñamos a transformar
esa energía sutil en tu vida diaria, introduciéndote a ceremonias como
símbolos de agradecimiento por todo lo que te está llegando y por todo
lo que se está yendo. La enseñanza de la Cúspide es eso que te ayuda a
ver el infinito de tu consciencia en tu propio corazón.
“Quieres ir a las estrellas pero no sabes caminar en la tierra”,
primero aprende a caminar en la tierra con reciprocidad y respeto, los
procesos de sanación suceden dentro de ti transformando tu vida para que
puedas estar más despierto, más sano, más dichoso, más participativo,
brindando energía luminosa a lo que te rodea y al mundo en general.De
eso se trata
Zikhara, además de generar una compañía en la que
encuentras resonancia espiritual con otros que buscan lo mismo que tú.
El trabajo es tan poderoso que no te queda duda, simplemente lo vives y
otros comienzan a percibirlo, es aquí en la percepción de otros donde
empiezas a notar lo que inspiras y contagias.
Te invito a vivir esta experiencia.
“Madre tierra…. Portal al Mundo del Espíritu”
www.zikhara.com.mx